Meditación guiada: Liberación emocional




Una meditación que te ayudará a tomar conciencia de la emoción, aceptándola y permitiéndola para, desde ahí, acogerla con profundo amor y apertura a lo que Es. Aquí y ahora.

Meditación guiada en texto: 


Tómate unos momentos para conectar contigo. Realiza si lo deseas una o dos respiraciones profundas y amplias. Y trata de sentirte, solamente sentirte. Observa si hay alguna emoción difícil que en este momento esté emergiendo en ti. ¿Es una emoción negativa, de tristeza, enfado, rabia, miedo, ansiedad…? ¿Es una mezcla de varias de ellas? ¿Puedes identificarlas? No hace falta que la nombres o las nombres ni trates de definirlas. Tan solo reconócelas en ti, en tu cuerpo. ¿Puedes sentir la emoción en alguna zona de tu cuerpo? ¿Qué sensación corporal hay? ¿Algo incómodo? ¿Un fuerte calor, algo punzante, pinchazos, algo que te oprime, ganas de llorar, de suspirar, hay tensión, inquietud en esa zona? Sea lo que sea, obsérvalo. Cuando hay una emoción difícil lo más habitual es que estés oponiendo resistencia a sentirla. A mayor resistencia esa emoción se hace más grande porque no puede canalizarse, no encuentra un lugar por el que salir, sino que te bloquea, se hace un nudo interno…

Así que el primer paso es tomar conciencia de esa emoción que está teniendo lugar, localizarla corporalmente allí donde la sientes, observarla, sentirla… Y a partir de ahí aceptarla. Aceptar que la emoción está ahí. Ábrete a ella, sin involucrarte, sin querer manipularla, tan solo déjala que esté ahí. Obsérvala desde tu corazón abierto. Con una actitud de escucha amorosa, de receptividad, de sincera apertura.

Eres el espacio que acoge esa emoción, esa experiencia. Y la dejas que se exprese tal cual. Con ecuanimidad, sin involucrarte, sin necesidad de control, sin juzgar ese estado interno… Simplemente te rindes, ya no hay necesidad de cambiar nada. Te abres a la experiencia que está teniendo lugar ahora. Notarás que la perspectiva cambia. Empieza a haber mayor distancia, mayor espacio… Es como diluir un vaso de agua salada en un inmenso lago. Ahora ese espacio enorme de profunda escucha amorosa da paso a que la emoción se diluya, que no esté más tiempo oprimida por la resistencia continua… Y la emoción, ese estado interno, empieza a evaporarse, a tomar cauce como un río que se funde con el espacioso océano. Ese espacio es tu propio amor acogiendo sin juicios, con pura compasión y presencia amorosa, lo que estaba sucediendo dentro de ti. Sin ponerle adjetivos, sin condenarlo, sin censurarlo… Ese inmenso espacio de la conciencia lo ha abrazado y ahora hay mayor apertura… Si quieres posa tus manos sobre el pecho para transmitir cariño, calidez y amor a tu corazón.

Nada puede oprimirte cuando lo permites ser, cuando tu respiración lo mece desde la apertura de tu corazón y la presencia silenciosa de tu conciencia testigo. Ya no hay más luchas contigo mismo. Has abierto tus brazos, has aceptado ese sentir desde lo profundo de tu corazón… Puedes soltar la emoción, dejarla ir, al igual que se marcha una nube pasajera y queda todo el cielo despejado.

Deja que tu respiración consciente te guíe por el momento presente y te congracie con el ahora. Tu respiración es el bálsamo liberador. Aprovecha la inspiración para conectar con la vida, con este momento, con el amor. Aprovecha la espiración para soltar, dejar ir, para rendirte complemente a lo que es. Y de nuevo, inspira vida… Y espira paz y sosiego. Suelta, relaja, afloja, deja ir,…


Repite este proceso tantas veces sea necesario. Recuerda, toma conciencia de lo que sientes y permítelo, obsérvalo sin juicios, acéptalo, otórgale espacio abriendo tus brazos y tu corazón. Cuando no hay lucha, sucede la liberación. Al permitir a la vida ser, todo fluye. Fluye la vida. Fluye lo que es. El conflicto solo está en la mente. Este momento presente está más allá de la mente, más allá del pensamiento. Es algo inocente, natural. Este momento eres tú, tal cual eres, en perfecta comunión con lo que es, con el aquí y ahora.

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